La poesía se hace presente de múltiples maneras, en un salmón a las brasas, en una caminata porque sí en una tarde de octubre. Es una energía que se deja absorber dónde considera que habrá belleza. Thaís Espaillat lo sabe bien y por lo mismo no tiene resguardos por pasar de la palabra escrita al lenguaje visual. Es una sola marcha hacia eso que podemos reconocer en los poemas de William Carlos Williams, César Vallejo o Eugenio Montale, entre muchos otros que podríamos recordar aquí.