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Una poética paradójica. Arkadii Dragomoshenko

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Descripción
Arkadii Dragomoshenko
Editorial Mangos de Hacha
México, 2015

Descripción resulta un título provocador para un libro de poemas. Si el acto de describir, entendido como “representar a alguien o algo por medio del lenguaje, refiriendo o explicando sus distintas partes, cualidades o circunstancias” (RAE) corresponde, en términos de Roman Jakobson, a la función referencial del habla, la que brinda información sobre el contexto o el entorno de hablante, el poema, como objeto lingüístico, se encontraría en sus antípodas, en la función poética, con la cual se busca emplear al lenguaje con un propósito estético, ornándolo, acicalándolo, ataviándolo, maquillándolo, embelleciéndolo, torciéndolo, etc., para causar un efecto positivo en el receptor, sin importar mucho la información sobre el referente.

Y sin embargo, lo que elabora Arkadii Dragomoshenko (nacido en Rusia en 1946 y muerto en 2012) en Descripción, primer título de este autor publicado en Estados Unidos, y que ahora llega por primera vez a nuestra lengua en la versión de Tatiana Lipkes, publicada por Mangos de Hacha[1], son precisamente descripciones, o más bien, pseudodescripciones, de una especie de planta llamada nasturtia, de un estado de ánimo no muy bien documentado conocido como “accidia”, de la isla de la sirenas, de cómo “la quitina de las hojas del año pasado deja fisuras en la escarcha”, sobre la forma en que un perro “lamiendo un hueso pelado aúlla en un tiradero de hule quemado” o acerca de “una nube intrincada” que “pasó por el jardín de la cocina”. Y digo “pseudodescripciones” si se considera que en una auténtica descripción existe una convencional adecuación entre el objeto y las palabras que lo representan, es decir, una concordancia entre un lenguaje cabal, justo y adecuado y la restringida cosa que se busca representar. Sin embargo, para Dragomoshenko, el lenguaje “es perenemente incompleto”. Ahí radica uno de los principales horizontes de esta poética, en la paradoja de un lenguaje fragmentario, a veces en prosa y en ocasiones en verso, que reconoce y explora sus límites, pero cuya voluntad permanente es atraer al mundo. Como se ve, el ánimo que moviliza esta escritura no es uno complaciente que desee cultivar las más bellas flores del jardín, sino una vocación crítica, inquisitiva, desafiante, para la cual el poema es más un acertijo o una conjetura que una concreción exacta. Cuando Luis de Góngora, en el siglo XVII, comenzaba la Primera Soledad, poema eminentemente descriptivo, con “Era del año la estación florida” sólo estaba utilizando palabras distintas para decir que era “primavera”. El lenguaje y el objeto de representación estaban perfectamente calzados, por más artificios literarios que alojara la aljaba del poeta. En Dragomoshenko, la armonía entre el mundo y sus palabras es imposible porque existe un reconocimiento de la insuficiencia del lenguaje para asir una realidad, parcialmente vedada y velada.

Sin intentar describir el alcance y la dimensión de la filosofía del lenguaje practicada por Dragomoshenko en su poesía, o la filosofía lingüística bordada en los poemas de este autor, me limitaré a dar cuenta de siete fragmentos de Descripción que llamaron mi atención.

 

1.
Lo que
Está siendo escrito no está escrito, se acerca al término
Lo que está escrito –está incompleto, perenemente
Acercándose al término

Los versos subrayan el carácter de incompletud de todo lenguaje. Lo que caracteriza la poesía de Dragomoshenko, al igual que la de varios poetas estadounidenses asociados con la tendencia L=A=N=G=U=A=G=E, como Charles Bernstein o Lyn Hejinian (quien fuera amiga y traductora de Dragomoshenko, y de quien Tatiana Lipkes tradujo para Mangos de Hacha Mi vida) es la conciencia sobre la incertidumbre de la significación de las las palabras. Dragomoshenko, más que admitir este hecho, hace de éste el motor de su búsqueda.

 

2.
Yo me quedo
Siempre y cuando la descripción que transforma al árbol en experiencia aquí en la tarde.

Las experiencias no pueden ser entendidas como hechos diferentes del lenguaje, sino como sus sombras. Las experiencias son experiencias gracias a lo que de ellas hay de testimoniable. La experiencia árbol y la palabra árbol son experiencias en tanto que lenguaje.

 

3.
Cuando
“los poetas lo eran todo” sin embargo…

Evidentemente, en una escritura así de suspicaz el lugar de quien escribe también es puesto en entredicho. También en la poesía de Dragomosenko, y en estos versos en particular, es puesto en entredicho quien pone en entredicho el lugar de quien escribe. La serpiente se muerde la cola.

 

4.
La pregunta es una celosía de cristal—
La respuesta es un marco transparente

No sé cuál sea el significado de estos versos pero dan cuenta de la importancia de lo abierto en la poética de este autor. Esta apertura, que en Rilke distingue al animal (“Con todos los ojos/ ve la criatura/ lo abierto”) del hombre quien tiene los ojos “como invertidos”, es para Giorgio Agamben la agnoia, el no-conocimiento. Una pregunta puede ser conceptualizada como el mecanismo que activa la apertura de una compuerta y una respuesta es el dispositivo que la obstruye nuevamente. Sin embargo, en Dragomoshenko preguntas y respuestas permanecen ocluidas en su propia transparencia, en su no saber sabiendo.

 

5.
No me interesa un estallido de información
Sino la distribución del estallido en el tiempo—conservación.

Si existe un protagonista en la poesía de Dragomoshenko es el tiempo. Sin embargo, no se trata del tiempo histórico por el que se deslizan los acontecimientos formando cadenas de víctimas y victimarios. Tampoco es el tiempo de la información inmediata que confecciona hechos consumibles para cuando se lee el periódico o se bebe el café matutino, sino el de la duración del mínimo e irreductible instante de la cosa.

 

6.
Hay que romper
El espejo
del lenguaje

Escritura antimimética, refractaria del pacto que homologa el objeto con la palabra objeto. Culturalmente está inoculado en nosotros buscar siempre el reflejo automático del mundo en cada representación. La voluntad ética de este autor fue siempre advertir de esta trampa del lenguaje.

 

7.
La procesión intacta de las formas

Y lo indescifrable del mundo radica precisamente en que su ser se revela como un permanente cambio de disfraces, rebelde al ojo, insubordinado ante el lenguaje. ¿Qué busca la poesía frente a un mundo que la desborda? Dice Dragomoshenko: “La poesía es un gasto de lenguaje “sin un propósito”.

 

 

Texto leído en la presentación de Descripción, de Arkadii Dragomoshenko el 21 de mayo de 2015.

[1] Esta versión es a su vez una traducción de la traducción del ruso al inglés de Lyn Hejinian y Elena Balashova, publicada en 1990 en Estados Unidos por Sun & Moon Press.

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