Reseñas
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La invención necesaria

William Carlos Williams
Prólogo, selección y traducción del inglés: Juan Antonio Montiel
Universidad Diego Portales
Santiago de Chile, 2013

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Cada tanto aparecen libros que se destacan sobre otros. La invención necesaria es uno de ellos. El volumen es una sustanciosa antología preparada por Juan Antonio Montiel, excelente traductor mexicano, y traductor de Williams (Cuadros de Brueghel, Viaje al amor y La música del desierto, todos publicados por la editorial Lumen) desde hace ya varios años.

La invención necesaria contiene una suma de ensayos sobre poesía y poetas, una buena muestra de poemas, además de cartas, el prólogo a Core en el infierno y una densa entrevista sostenida en los últimos años de la vida del poeta norteamericano con Walter Sutton. Toda esta batería de textos acercan al lector en español a una poética poco conocida en nuestra lengua y que aún hoy supone una de las reflexiones más interesantes en torno a la poesía. El ejercicio de escribir poemas, para Williams se acompañó siempre de un interés por comprender que implicaciones había al organizar palabras sobre una página blanca.

Contrariamente a lo que se piensa, Williams no era un sencillo médico de pueblo que escribía poemas. Quizá el equívoco al respecto de esto, lo generó el mismo Williams al oponerse en distintas ocasiones a la erudición y la poesía de T.S. Eliot. Williams insistió mucho en la apropiación de una lengua, lo que llamaba “el idioma norteamericano”, muy distinto en coloración, ritmo, entonación, etc., al inglés de Inglaterra: “Y, sin embargo hay un idioma nuevo e inesperado que, según tratan de hacernos creer, se habría desarrollado por ósmosis, pero que en realidad se debe al poder de quienes, como Whitman han apostado por sus congéneres y por el orgullo de una raza emergente, la suya propia. Nuestros académicos han hecho a un lado ese idioma; lo han abandonado, como ratas, para buscar la salvación en sitios más seguros. No podemos culparlos: ¿quién podría asegurar que sobreviviremos para implantar nuestros genes en un mundo nuevo?

Debemos avanzar, sin embargo. Con incertidumbre, quizá, pero con todo el coraje del que podemos echar mano. Debemos tener la certeza de que en la poesía, como en las matemáticas, la medida es ineludible; así que, en oposición al pie fijo del verso antiguo, incluido el isabelino, debemos plantear una alternativa que no puede ser otra que el pie variable, que hemos comenzado a vislumbrar con el advenimiento de Whitman.”

La cita es larga pero jugosa y da una muestra del lenguaje llano con que Williams se expresó siempre a pesar de tratar muchas veces asuntos realmente complejos. En la cita también pude observarse el carácter polémico de un pensamiento reacio a aceptar las cosas como han sido. En ello hay un empeño por renovar la poesía. Para Williams el hombre del presente no era el mismo del pasado. La poesía por lo tanto no podía ser la de antes y formas de expresión nuevas requerían y requieren ser creadas.

Williams fue una de las mentes más inquietas de su tiempo. Fue además un hombre generoso que escuchaba a los jóvenes y los alentaba a encontrar sus propios caminos. Sostuvo una abundante correspondencia en donde también intentó explicarse el oficio más intimo de su vida, el de ser poeta. En una carta a Ezra Pound incluida en La invención necesaria, cuenta lo siguiente: “Volviendo a la escritura de versos, que es lo único que de verdad nos preocupa, después de todo: ciertamente no hay sino seguir adelante con una música cualitativamente compleja y procurar que las imágenes sean cada vez más exactas (notas de una escala); el resto (indefinible salvo en ciertos poemas en particular) sería una música que sólo podrá tener alguna autoridad si nosotros…”. La carta termina así: “Ya es media tarde en este día de junio. No hay novedades, qué más quisiera yo.”

Los poemas del libro son pocos pero suficientes para darse cuenta de lo que Williams consiguió y de lo que eso significó para muchos poetas que vinieron después de él. Su influencia se dio principalmente en los Estados Unidos, sin embargo, en español, ha sido menos notoria, lo que no quiere decir que no ha existido.

Por último debo mencionar que el prólogo de Montiel es muy recomendable para entrar en el pensamiento y la obra de uno de los más grandes poetas del siglo XX y de todos los tiempos. En éste, Montiel explica algo que comparto: “Para Williams, ‘la existencia misma de la poesía’, dependía de la capacidad de ésta para dar forma a la experiencia del mundo partiendo de la lengua hablada, que al fin y al cabo constituye la experiencia fundamental de la lengua; justamente esa experiencia, conformada con ayuda de los poetas, es la base misma de la cultura: es la cultura. Así, lo que Williams rechazaba era la idea de la ‘cultura universal’, que desestima las experiencias particulares en vez de construirse a partir de ellas.”

Imagen por: Phenell

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