Reseñas
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Estuve en Lisboa y me acordé de ti

Luiz Ruffato
Traducción de Mario Cámara
Eterna Cadencia Editora
Argentina, 2011.

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El escritor brasileño Luiz Ruffato realiza en Estuve en Lisboa y me acordé de ti una reflexión sobre la condición de los migrantes que buscando trabajo y mejores condiciones de vida abandonan su país. A través de dos capítulos: “Cómo dejé de fumar” y “Cómo volví a fumar”, Ruffato cuenta la vida de Serginho, un trabajador humilde que describe su origen como una mezcla de “sangre indígena, lusitana y esclava”, de la que se enorgullece, y que según en Portugal, donde,e las mismas de ser posibleida cancita. y aacompañamientos musicales sencillosél, “lo guía hacia adelante”.

Tras un matrimonio forzado luego de que Noemí, su novia, queda embarazada, Serginho se separa de ella después del nacimiento de Pierre. Noemí padece constantes episodios maníaco-depresivos y esto lo distancia de ella. Pierde su empleo y comienza a fantasear con la idea de irse lejos. Un amigo le hace ver que “el camino es Portugal”, una tierra que, al parecer, se encuentra en “un momento de reconstrucción”, donde “el dinero no es problema, falta mano de obra… y sobran oportunidades para los brasileños y para los negros.”

Entusiasmado, Serginho logra juntar dinero e instruirse con amigos sobre su remoto y desconocido destino: “¿Cómo llega una persona a Portugal?”; “¿Cómo es un avión por dentro?”; “¿De dónde sale el avión?”; “Cuánto tiempo demora la ida”; “¿Y la vuelta?”; “¿Tiene baño?”; “¿Se puede dormir?”; “¿Hay comida?”; “¿Y el país?”; Si alguien quiere ir, “¿Dónde compra el pasaje?”; “¿Cuánto cuesta más o menos?”; “¿Qué más necesita saber alguien que quiere ir?”; “¿Pasaporte?”; “¿Dónde se saca ese pasaporte?”; “¿Y si la persona nunca vio un euro ni de cerca?”.

Su plan, es sencillo: trabajar duro, ganar un buen sueldo en euros, ahorrar parte de sus ingresos para volver entonces a Brasil con recursos suficientes para comprar propiedades, vivir despreocupado de las rentas y ofrecer un mejor futuro a su hijo.

Ruffato describe las peripecias que vive Serginho en Portugal, donde a su pesar, descubre que las condiciones de trabajo no son favorables. Serginho consigue entrar a un pequeño restaurante donde convive con trabajadores de países de Europa del Este y también gente de las que fueran colonias portuguesas en África. En su aventura Serginho conoce a Sheila, una chica originaria también de Brasil que se prostituye para vivir. En el hotel donde vive, un hombre de origen angoleño, que perdiera la pierna en la infancia con una mina, permite que su esposa también se prostituya para que su familia tenga algo que comer. En algún momento comenta: “Es la miseria hijo, la miseria”.

De este modo, Serginho reconoce lo irrevocable, que la vida económicamente estable, está lejos de ser posible.

Imagen por: Alfredo Monte

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