Reseñas
Haz un comentario

Cosmogonía doméstica de Damián Ortega

Patio Museo Jumex
Curadaduría: Rosario Nadal
Febrero-Octubre 2014

museo-jumex-arte-contemporaneo-ciudad-mexico_01

Cosmogonía doméstica de Damián Ortega es la primera obra que la Fundación Jumex Arte Contemporáneo solicita como parte del proyecto de comisiones y adquisiciones del nuevo Museo Jumex de la Ciudad de México. La pieza ha sido ubicada en el patio del edificio recientemente inaugurado. Es, a grandes rasgos, una suma de objetos comunes, recurrentes en cualquier hogar, delicadamente dispersos y en equilibrio con otros objetos sobre plataformas giratorias. Sin embargo, los mecanismos de la pieza se desdibujan u ocultan para dejar que los objetos cotidianos fuera de sus contextos regulares y en posiciones nuevas adquieran una significación distinta. Ahora son estrellas en movimiento, a la intemperie, objetos arrancados de su utilidad para convertirse en esculturas móviles.

La pieza, como explicó Ortega a algunos de los medios que asistieron a la presentación que organizó el museo, posee un carácter lúdico. Cosmogonía doméstica está próxima a los móviles de Alexander Calder. Ante la pregunta de la relación de su pieza con algunos inventos del siglo XIX, el artista expresó que: “aquellos inventos comenzaron a existir gracias a un grado sutil de investigación y de reflexión que significaban innovaciones porque hasta antes de ese momento no existía, por ejemplo, una pila”. En este sentido, su pieza participa de un mismo impulso de innovación. El artista agregó que la obra requirió de un dedicado trabajo con lijas, grasa y piezas torneadas expresamente. Los materiales utilizados fueron metales, maderas y un diálogo con el espacio que los circundaba.

La pieza tiene una fragilidad aparente que se acentúa gracias al hecho de encontrarse al exterior. Por lo mismo otra de las preguntas de la prensa tuvo que ver con esto. Ortega respondió que: “es complejo y demandante trabajar en un espacio así, ya que el calor dilata los objetos, el frío los contrae, el agua los descompone, lo que impone reglas estrictas”. Por lo mismo la obra involucró un largo proceso antes de existir.

Sobre éste, Ortega explicó que casi siempre todo comienza con dibujos que muchas veces no tienen un fin específico. Hay por lo tanto ideas en cuadernos que pueden o no realizarse. En el caso específico de Cosmogonía doméstica el proceso se inició hace más de seis años con una maqueta que construyó gracias a unos tubos que encontró en Brasil y que consideró que podrían funcionar para su proyecto. En general, Ortega trabaja con un grupo pequeño de tres personas quienes hacen un poco de todo. Sin embargo, para Cosmogonía doméstica, necesitó de un grupo mayor de colaboradores. Hacía falta un ingeniero, varios torneros, además de un diseñador italiano y otros colaboradores franceses. Comentó que una parte enriquecedora del trabajo fue la participación de los torneros de distintos barrios de la ciudad de México, una comunidad integrada por un grupo de personas muy capaces, que trabajan todavía a mano.

Cosmogonía doméstica posee una atmósfera armónica, casi lírica, que vuelve la pieza un poema hecho a partir de pocos elementos que se sostienen de maneras sutiles y que están como flotando en el espacio. Algo que dista mucho de otras piezas a veces pesadas, incluso desde un punto de vista intelectual, es decir, son ideas y no objetos lo que se nos presenta como piezas de arte. El doble movimiento de los objetos en su sitio y el de su desplazamiento en las plataformas, resulta un efecto complejo que dice muchas cosas de cómo somos hoy en el presente. Esta resolución poética de Ortega no es nueva y vuelve a cumplirse ahora.

Además de artista, Ortega ha impulsado mediante la editorial Alias, un cuerpo de libros que ayudan a pensar y entender el arte contemporáneo. Este trabajo no debe soslayarse de su proyecto artístico pues amplía modos de ver y de pensar a veces marginados por distintas razones de la cultura y el arte que circulan en México. La piezas de Ortega poseen un componente intelectual que muchas veces queda fuera de la pieza, pero que está ahí desde otro lugar. Los libros de Alias corresponden a un gusto personal pero que también se comparten con otros.

Existe en Cosmogonía doméstica una relación interesante entre las características industriales de la pieza, que se perciben poco, y los objetos ordinarios que la componen y que son más visibles. Este contraste potencializa las experiencias de los espectadores, quienes podrán visitar la pieza y obtener sus propias conclusiones durante los meses subsecuentes.

Imagen por: Rodrigo Delgado

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *