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François Ozon y la adolescencia

En sus dos últimas cintas, el director francés, François Ozon explora el tema de la adolescencia a partir de los personajes Claude Garcia (En la casa, 2012) e Isabelle (Joven y bella, 2013).

Francois-Ozon

En el primer filme, Ozon cuenta la historia de Claude (Ernst Umhauer), un tímido estudiante que llama la atención de su profesor de literatura Germain (Fabrice Luchini), tras ser el único de su clase capaz de escribir un texto de cierta calidad. Claude toma como tema a una familia de clase media embelesado por el halo de perfección que parece rodear a uno de sus compañeros de clase, Rapha Artole (Bastien Ughetto). Claude logra filtrarse dentro de este pequeño universo desconocido para él -hijo de un padre enfermo y una madre que lo abandonó- motivado por el deseo y la envidia. El joven con un notable don para la escritura despierta en su profesor de literatura -que fracasara en su intento por convertirse en un notable escritor y terminara impartiendo clases en el liceo Gustave Flaubert- el deseo de adoptar al joven como su aprendiz y guiarlo hasta convertirlo en el escritor que él no pudo ser.

Así, Germain queda atrapado en la red que su estudiante teje, cae un juego perverso que mezcla la realidad y la ficción. La película es un thriller en el que Claude, motivado primero por la envidia y después por el deseo de poseer aquello de lo que carece, encuentra las debilidades de todos los que lo rodean y las aprovecha para manipularlos a su antojo.

Por otro lado, en Joven y bella, Ozon nos presenta a Isabelle (Marine Vacth), una hermosa y sensual estudiante de 17 años que luego de experimentar un desangelado primer encuentro sexual con un joven alemán que conoce durante sus vacaciones de verano en la playa, se desborda por su deseo sexual y decide convertirse en prostituta. Integrante de una familia que también clase media -con una madre divorciada y vuelta a casar, un padrastro con quien lleva una buena relación y un hermano menor que cumple con el papel de confidente y cómplice-, Isabelle es simplemente una joven que experimenta con su sexualidad durante la adolescencia. Busca reconocer sus límites sin pensar realmente en las consecuencias de sus actos.

Ozon muestra la adolescencia como una etapa de la vida cargada de soberbia, donde sus personajes no tienen nada que perder y desafían lo que los rodea en busca de una identidad propia. Sin pretensiones ni intención de juzgarlos, el director francés los muestra tal y como son. El conflicto, en realidad, lo viven los adultos, quienes no alcanzan a entender el proceso de formación por el que atraviesan Claude e Isabelle y pretenden moldearlos sin reconocer que son ellos quienes están siendo afectados.

TRAILER:

Dans la maison

 

Jeune et jolie

Imagen por: Javier López Iglesias

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