Reseñas
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Poesías completas

Clemente Padín
Editor Carlos Pineda
Ediciones el Lirio, Universidad Autónoma de Puebla y Universidad Veracruzana
México, 2014

 

Debo la primera referencia que tuve de Clemente Padín (Lascano, Rocha, Uruguay, 1939) al poeta chileno Felipe Cussen. Desde entonces hasta el día de hoy han transcurrido algunos años. Sin embargo, no fue hasta el encuentro casi improbable con la de edición de Poemas visuales (Vox, Argentina, 2005) en casa de otro amigo, y que después adquirí también improbablemente en la Librería Norte de Buenos Aires, que pude acercarme al trabajo del poeta y artista uruguayo.

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Como muchos otros poetas experimentales, Padín comenzó escribiendo poemas verbales que quedaron registrados en su primer libro, La calle (1967) y el último de este tipo, Los horizontes abiertos (Uruguay, 1969), ambos publicados en Uruguay por la editorial Los huevos de plata. Los horizontes abiertos, con una pequeña introducción del poeta uruguayo Luis Bravo, abre el volumen que ahora se publica extrañamente en México auspiciado por universidades.

No es usual que instituciones académicas publiquen libros de poemas, mucho menos de poetas experimentales. Es cierto que lo anterior es una generalidad, sin embargo, esto puede comprobarse en innumerables catálogos de diversas universidades del mundo. Cuando algo así sucede, la literatura, la poesía, ocupa un lugar marginal en colecciones y tirajes breves, que se pierden entre las innumerables ediciones académicas que pretenden saciar ambiciones de prestigio y de ego que pocas ocasiones tienen algo que ver con el descubrimiento y la difusión de un conocimiento verdadero.

Pero pasemos a Padín. El movimiento de poesía concreta de Brasil comenzó a proyectarse a partir de 1954. Desde entonces sus propuestas fueron decantándose al tiempo que influyeron en la obra de distintos poetas del mundo produciendo efectos muy diversos. En México podemos nombrar los Topoemas y Blanco de Octavio Paz, pero aún con un alcance mayor parte de la obra del genial Ulises Carrión (como dato curioso hay que decir que la contraparte del proyecto “Arte Correo” de Carrión en Uruguay, fue Padín). En Perú, aunque en realidad consolidada desde Europa, se destacó el trabajo sugerente y sutil de Jorge Eduardo Eielson. En Chile, muy posteriormente e involucrando estrategias más contemporáneas, surgió el círculo perteneciente al Foro de Escritores de Chile promovido por Martín Gubbins. Hay que mencionar además a Arnaldo Antunes también brasileño, sucesor y descubridor de nuevos caminos para la poesía verbivocovisual. En Uruguay, apareció la obra de Clemete Padín.

Poesías completas muestra abarcadoramente el trabajo de una vida. Transcribo unas líneas de su manifiesto “La Nueva Poesía, I y II”, aparecido por primera vez en la revista Ovum en 1969, e incluido en el volumen mexicano: “La sintaxis, los nexos, las expresiones casuales, los sintagmas, las bimembraciones, la redundancia, los diccionarios, la adjetivación; las estrofas unitivas, los grupos semánticos determinativos, el sujeto, los neologismos, el verbo, las anomalías flexivas, el complemento, la versificación; los paradigmas, los pronombres, la gramática: todo a la basura. Nada de imágenes inducidas con elementos ajenos a su propia naturaleza; basta de la excreta elegíaca del hombre con cara de pato. El lenguaje rompe con la tradición lingüística que se ha empecinado en definirlo por su función y no por su primera condición de objeto.”

Y más adelante:

“El poema ha dejado de ser vehículo de caprichos, de lamentos, de procesos emocionales que sólo interesan al autor y que se imponen al lector pasivo por la sola autoridad de aquél. Ahora ambos, el productor y el consumidor de poemas, son los creadores, los que actualizan el material poético.”

O todavía:

“La nueva poesía induce al acto y, por analogía, esa actitud se traslada al resto de sus actividades. La poesía es acto, no pensamiento.”

Estas reflexiones dan para mucho. Exceden desde luego el espacio de una reseña. Son planteamientos muy vigentes que más allá de la respuesta que cada poeta pueda encontrar —no creo que dedicarse solamente a la poesía visual o la poesía sonora sean las únicas salidas para evitar el poema convencional—, son sacudidas atendibles y no exclusivamente provocaciones.

Poesías completas, como puede deducirse hasta aquí, intercala junto a los libros de poemas visuales (algunos de carácter político como los Artefactos de Nicanor Parra, otros que crean patrones a partir de letras o signos ortográficos, algunos más de carácter conceptual conformados por instrucciones o que buscan la elaboración de objetos como la serie Homenaje al cuadrado), trabajos en prosa del poeta uruguayo además de útiles ensayos de Martín Palacio. El libro tiene más de 400 páginas, y dado que lo principal son imágenes que resultan difíciles de describir, dejemos que sean algunas de ellas las que se presenten.

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Imagen por: ximorochera

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