Constanza Gutiérrez
Editorial Hueders y Montacerdos
Santiago de Chile, 2017
Acostumbrados a una cultura que no toma en cuenta la opinión de niños y adolescentes, que los retrata como pequeños seres humanos que aún no tienen la capacidad de pensar por sí mismos y que los dota de una imagen casi victoriana en donde inocente e infantil fuera la misma cosa, Terriers de Constanza Gutiérrez hace que tomemos un respiro de esos estereotipos de la temprana juventud y nos adentremos en fascinantes relatos que nos muestran lo contrario.
Para ser el segundo trabajo publicado por la joven escritora chilena, la calidad es impoluta. Leer Terriers provoca al lector esa sensación de “un capítulo más y ya” que tiene todo libro enganchador. La extensión de cada uno de los siete cuentos es suficiente para ser una lectura ligera pero con un tono inocente que toca temas no tan inocentes si se considera que la edad de los protagonistas de las historias no pasa de los 17 años.
En el tercer cuento del libro “Marrón Glacé”, una niña de aproximadamente nueve años se plantea al principio una cuestión completamente freudiana. Tiene curiosidad de qué es el amor pero, antes de guiarse por lo que ve en la televisión, reflexiona sobre la influencia que tendrá la imagen de su padre, en un futuro, al momento de elegir pareja. Incluso hay una sutil envidia hacia su madre, ¡a los nueve años!: “[…]mi mamá me dijo que tenía que elegir muy bien con quién casarme y no pude evitar pensar, preocupada, que yo no tendría tanta suerte como ella[…]”.
La muerte, el sexo, la pobreza, la soledad y la homosexualidad son algunos aspectos de la vida que los jóvenes protagonistas sabrán enfrentar con la lucidez de una mente que no ha sido contaminada con los prejuicios de las personas adultas.
En “Caza de conejos”, uno de los siete cuentos que componen el libro, la joven protagonista tiene dos descubrimientos que quizá parecerán al lector inapropiados para alguien que aún no ha alcanzado la mayoría de edad, éstos son el placer sexual y la muerte:
“Poco antes había descubierto un nuevo pasatiempo que requería de soledad y un poco de concentración…” “Cada vez que los oía venir [sus padres] tenía un segundo para subirme el cierre del pantalón y fingir que estaba leyendo o viendo la tele.”
Así es como el personaje, una joven, describe algo que es nuevo, que no sabía que existía pero que lo ha descubierto, descubrió cómo darse placer. Ni siquiera puede llamarlo “masturbación”, esto y la inocencia con la que dice que es un pasatiempo indica que aún ni siquiera es adolescente, pero es lo suficientemente mayor para darse cuenta que no es algo de lo que puedan enterarse sus padres.
En el mismo cuento, ella se ve inmersa en una situación en la que la vida o la muerte de alguien que ama depende completamente de ella. Este tipo de presiones serían insoportables para la mayoría de la gente, pero ella está quieta, se hace preguntas, reflexiona, piensa: “Pasé casi una hora pensando, sentada sobre el pasto[…]”. El lector adulto se mantiene tenso mientras la joven protagonista, tranquila, piensa con calma qué hacer, qué está pasando realmente en ese momento.
Los siete cuentos tienen esta manera de relatar casos relativamente cotidianos, con personas simples en situaciones comunes, pero que parece como si lo relatado fuera más fantástico que real, como si aquello no le pudiera pasar a nadie. Al contrario, a cualquiera le podría pasar y es por eso que pareciera que sería algo que no valdría la pena que estuviera en un libro, pero está tan bien relatado que nos resulta fascinante hacer un acercamiento a la vida de muchachos de la clase media chilena.
Con un lenguaje cargado de coloquilismos que resultan comprensibles y acogedores incluso para los lectores extranjeros, Terriers es una pequeña antología de cuentos en los que los narradores son niños, niñas o adolescentes que han tenido que arreglárselas solos en una situación cruda que les ha tocado vivir, sin embargo, reaccionan con cierta frialdad e ingenio para salirse con la suya siempre.
La inteligencia de los niños no tiene que ver con las calificaciones que reciben en la escuela, en “Arizona”, un grupo de niños que se han juntado para sobrevivir en una situación hostil planean estratégicamente cómo sacar a los invasores gitanos de sus tierras. En “Descubre tus poderes” una niña usa su creatividad para contar una historia tan bien formulada y creíble que se sale con la suya, salva a su cómplice e inculpa al personaje antagónico del cuento; y en “Chiquita linda” una niña pequeña se da cuenta de lo que pasa alrededor, de cómo se siente su madre y de que pronto su vida cambiará.
Ganadora del concurso Roberto Bolaño (2011) y autora de la novela Incompetentes (La Pollera Ediciones, 2014), la autora ha escrito 104 páginas para deleitarnos con “crónicas” de la vida de jóvenes chilenos de provincia. Todos los niños son pequeños estrategas, su situación es un campo de batalla, pero la vida para ellos es casi como un juego y Constanza Gutiérrez lo narra desde de la cotidianidad infantil. Infantil mas no inocente.