José Val del Omar: una pedagogía de la visión[1]
Llamas. Estatuas asediadas por luces intermitentes. Rostros deformados. Zapateos, golpes de madera, ruidos ininteligibles. Una voz que dice: “El que ama arde. Y el que arde, vuela a la velocidad de la luz. Porque amar es ser lo que se ama”. Una fuente en un palacio. El agua de la fuente que baila al ritmo […]