Joaquín Soler Serrano fue un periodista español que obtuvo reconocimiento por su programa de televisión “A fondo”, donde entrevistó entre 1976 y 1981 a destacados escritores, entre quienes se encontraban Juan Rulfo, Juan Carlos Onetti, Jorge Luis Borges o Guillermo Cabrera Infante. El extraordinario narrador argentino Antonio Di Benedetto fue parte de ese selecto grupo, y aunque la entrevista se realizó, jamás se conoció hasta que comenzó a circular recientemente en la red.
Di Benedetto nació en Mendoza en 1922 y murió en Buenos Aires en 1986, en su país, luego de un exilio de diez años. En 1976 fue detenido por la dictadura militar y estuvo detenido durante un año. Tras ese lamentable suceso salió de Argentina hacia España.
Su obra es una de las más importantes de Latinoamérica y el mundo. Cada uno de sus libros -cuentos y novelas- plantean formas nuevas y ajustadas a las exigencias de la narración como sucede con Zama su obra más reconocida. Para ésta, Di Benedetto consiguió como escribiera su compatriota Juan José Saer, inventar “un idioma dentro del idioma”. La narrativa de Di Benedetto se distingue además de su proyectiva propuesta formal, por su hondo carácter existencial, como lo demuestra la magistral entrada de Zama:
“Salí de la ciudad, ribera abajo, al encuentro solitario del barco que aguardaba, sin saber cuándo vendría.
Llegué hasta el muelle viejo, esa construcción inexplicable, puesto que la ciudad y su puerto siempre estuvieron donde están, un cuarto de legua arriba.
Entreverada entre sus palos, se manea la porción de agua del río que entre ellos recae.
Con su pequeña ola y sus remolinos sin salida, iba y venía, con precisión, un mono muerto, todavía completo y no descompuesto. El agua, ante el bosque, fue siempre una invitación al viaje, que él no hizo hasta no ser mono, sino cadáver de mono. El agua quería llevárselo y lo llevaba, pero se le enredó entre los palos del muelle decrépito y ahí estaba él, por irse y no, y ahí estábamos.
Ahí estábamos, por irnos y no.”
Imagen por: Eva Rodríguez