En un intento de descubrir por qué hacemos lo que hacemos, esta será una serie dispersa y sin nombre para preguntarle a algunos artistas unas cuantas cosas simples y después dejar que el trabajo haga su trabajo: hablar.
¿Cómo es tu proceso creativo?
No tengo realmente un proceso fijo en cuanto a como encarar el trabajo. A veces es cuestión de encontrar el momento ideal, otra veces el momento ideal nunca aparece y uno tiene que poner un esfuerzo extra para obligarse a probar cosas que lleven a algo. Me gusta mucho experimentar, y parte de la experimentación es el proceso que conlleva. A veces puede ser frustrante estar semanas o incluso meses sin un claro registro de progreso, pero hay que tener paciencia. Ser un creativo independiente, por sobretodo, conlleva paciencia.
No suelo planear mucho antes de sacar fotos, si quizá si es una foto de estudio y estoy tratando de hacer algo especifico, hay un momento previo de preparación, pero cuando empiezo a sacar las fotos, es siempre desde un lugar de instinto.
¿Tienes rituales?
No tengo rituales, pero si camino mucho. Tenga o no una cámara encima, me gusta caminar. Es una forma muy concreta de encontrarse con momentos y lugares. Si veo algo que me gusta o me interesa y no tengo mi cámara conmigo, suelo anotar la dirección para volver en otro momento.
¿Cuándo tu trabajo empezó a sentirse tuyo?
Es difícil saber cuando el trabajo realmente empezó a sentirse mío. En parte porque soy tan cambiante; parte de mi naturaleza es estar constantemente buscando una ruptura en mi mismo, lo cual afecta mi propio estilo. No me gusta repetirme y tengo interés por todo. Ser prolífico significa tener que hacer un esfuerzo extra para mantener el foco en lo que uno hace. Habiendo dicho esto, creo que llega un momento en el cual uno ha pasado tanto tiempo haciendo algo que ya no piensa en el cómo, sino en el qué. Ahí es donde, no importa lo que sea que uno esté haciendo – retratos, o fotografía abstracta o street photography o lo que fuere -, aparece sola una impronta personal sin que esta sea buscada. Algo que es propio de uno, que se ha formado internamente y que ya no responde a algo externo.
¿Qué cosas te inspiran?
No hay nada específico que me inspire. Me gusta mucho leer, y ver muchas películas. Veo al menos dos películas por día, y la regla es que al menos una de esas tiene que ser algo que nunca haya visto antes. Hay tanto para leer y ver, se ha producido tanto, que a veces parece una locura volver a ver algo que nos sea familiar. No es que esté mal, uno puede apagar el cerebro de vez en cuando, pero es importante darle cosas nuevas. Siempre intentar que no vengan de una sola fuente. Creo que el cine lamentablemente siempre está ligado a un sistema cinematográfico norteamericano, y si bien hay muchas cosas interesantes que se producen bajo ese sistema. Hay muchas cosas que sólo son “contenido” y consumir arte que viene siempre de la misma fuente es peligroso, nos achica la vision del mundo. El mundo es muy grande y hay mucha gente con visiones extremadamente distintas. Lo mejor que uno puede hacer es tratar de ver todos los puntos de vista.
Fotos realizadas en el 2019
Federico Javier Kaplan (Buenos Aires) Estudió la carrera de dirección de cine. Realizó el cortometraje “Superfluo” y el largo de ficción “Ekduo”. En el 2014 se mudó a Miami donde comenzó su carrera como fotógrafo.
Es representado por la galería londinense “Open Doors” y por “Cochin Galerie” en Berlín. Puedes ver más de su trabajo aquí y aquí.