Reseñas
Haz un comentario

De tal padre, tal hijo

Director: Hirokazu Koreeda, Japón, 2013
Duración: 120 minutos

Conocemos en México el cine de Hirokazu Koreeda desde 2005, año en que el Festival de Verano de la UNAM exhibió el filme Nadie sabe (Dare mo shiranai, 2004). Más tarde, el ahora extinto FICCO mostró también algunas de sus películas, entre ellas Caminando aún (Aruitemo, Aruitemo, 2008).

Este año dentro de la 55 Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional se exhibió la última cinta del director japonés, De tal padre, tal hijo (Soshite chichi ni Naru, 2013).

La película narra la historia de Ryota Nonomiya, un hombre de negocios obsesionado con el trabajo, quien ve transformado su mundo cuando se entera, después de seis años, que el hospital donde su esposa Midori dio a luz a su hijo Keita, intercambio a los bebés. Ahora quien creía que era su hijo biológico, resulta ser el hijo de Yudai y Yukari, los dueños de una pequeña tienda en los suburbios de Tokio. La humilde familia ha cridado a Ryusei, el verdadero hijo de Ryota y Midori. Ahora las dos familias tendrán que ponerse de acuerdo y decidir cómo resolver la situación.

8n0fZLKx4Wxd5UqdpUEK4W2oa0X

A diferencia de filmes como en El Gran Pez (Big Fish, 2003), Ladrón de bicicletas (Ladri di biciclette, 1948), La carretera (The road, 2009), No perdonarás (He got a game, 1998), De tal padre, tal hijo muestra esta relación trascediendo los lazos emocionales y confrontándolos con la importancia de la herencia genética. Koreeda nos cuestiona sobre si es más profunda una relación consanguínea o si la paternidad tiene que ver con el tiempo que compartes con un hijo.

Hirokazu Koreeda, quien es reconocido por la crítica como el heredero del cine de Yasujirô Ozu, es un director que sabe mostrar los dramas sociales de una forma sencilla, sin caer en un chantaje melodramático como a los que estamos acostumbrados a través de la televisión.

El estilo de Koreeda también se encuentra en esa delgada línea entre el documental y la ficción, como lo mostró en su película Nadie Sabe, en donde unos niños son abandonados por su madre.

En De tal padre, tal hijo, filme galardonado con el Premio del Jurado en el pasado Festival de Cine de Cannes, el director nos narra la historia utilizando emplazamientos y paneos lentos logrando un efecto de toma fija como lo vemos al inicio de la película durante una entrevista escolar con los personajes Keita, Ryota y Midori. La influencia del slow cinema -cine contemplativo de secuencias largas y tomas fijas- también está presente en los encuadres y tomas, así como los protagonistas casi siempre aparecen en primer plano sin que existan otros personajes en cuadro provocando distracción. Otro elemento es el casi inexistente uso de musicalización, tan sólo en puentes visuales o escenas contemplativas escuchamos las Variaciones de Goldberg (Bach, 1741) dejando los momentos “dramáticos” al natural. De esta forma pausada, pero amena, nos relata la vida de las dos familias: los Nonomiya y los Saiki..

Destaca además la facilidad de Koreeda para dirigir niños y plasmar una entrañable relación entre todos los actores, que se ve reflejada en cada escena. El joven padre, Ryota, es quien guía la historia al tratarse del personaje con el mayor conflicto tras sentirse engañado y lamentar el tiempo perdido con su “verdadero” hijo y sus sentimientos hacia el que ha criado como tal.

El mismo director mencionó en una entrevista que él es padre de una niña de seis años y desde que nació su hija, se cuestionó cómo se construye la relación entre padre e hijo. Es por ello que, en el filme plasma diferentes niveles, desde las diferencias socio-económicas entre las dos familias, hasta la impartición de justicia y la forma de corregir este tipo de errores por parte de las instituciones, quienes consideran que el cambio de niños es “la solución más sencilla”. Pero el filme va más alla, al plantear el momento en que alguien se vuelve padre o madre, y si esa relación se legitimiza por las características heredadas o por el aprendizaje que un padre transmite a un hijo a través de la convivencia. Sin sentimentalismos, Koreeda nos presenta de forma inteligente este drama y nos deja preguntas abiertas sobre la paternidad para que seamos nosotros, como espectadores, quienes respondamos.

Imagen por: Film-Cine

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *